Hielo y Fuego

Me gusta observarte y a tu lado pasear, acompañarte sin necesidad de hablar, aunque nuestros destinos sean inciertos, ver cómo sonríes al caminar, como muerdes tu labio inferior nerviosa antes de voltear, puesto que sin tocarnos podemos sentir nuestra piel erizar y todos esos sentimientos que no nos atrevemos a decir, pero expresamos con nuestro andar. La acera que compartimos respirando el mismo oxigeno es testigo de que tú, eres un placer efímero, las señas de tu rostro muestran la atracción, mi sonrisa coqueta te parece un esplendor, tu ser y el mío quisieran largas noches en vela pasar, que ésta no terminase jamás para cientos de rituales encomendar a los muertos que en éste velo perpetuo nos ven danzar.


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